Por Bruno Farías y Candela Ripa
En la Semana de los Colores nos preguntamos sobre los espacios que el colectivo LGBTIQ+ habita y ha habitado en relación a la cultura electrónica. Sabemos que es un estilo músical que devino de la necesaria participación de grupos marginados -no hegemónicos- del resto de la sociedad. Desde sus orígenes este estilo musical refleja modos de expresión más libres, que veían la necesidad de agruparse en torno a la comunidad, el baile, la noche, la diversión disco, vivir los colores.
Partiendo de la intriga por saber cómo se dio la cultura electrónica en Córdoba, buscamos referentes que hayan participado de lugares de la movida local. Gracias a todos los aportes podemos hacer un paneo sobre la electrónica como contracultura en la ciudad, desde una perspectiva histórica y con ojos de colores.
En la ciudad de Córdoba, existía y existe al día de hoy, el ex Mercado de Abasto, o distrito del Abasto. Espacios que aún hoy siguen habitados, pero pocos saben sobre lo que hubo y hay. Nos dio intriga conocer aquellos espacios que la comunidad Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans, Intersex y Queer que siempre sintió, vivió, y removió esos suelos al ritmo de la música, house, techno, progresivo, entre sus derivaciones.
Por supuesto, escuchamos relatos que provenían de ahí, aunque la historia no solo se quedó en el Abasto, sino que fue transitando a lo largo y ancho de la ciudad pasando de lo underground, lo alternativo, a una cultura masiva como es hoy.
Un clásico de la zona del Abasto fue Hangar 18 en los años 2000, ubicado en Las Heras 118. Rodri Vacis, DJ desde hace 20 años, nos cuenta sobre este mítico lugar de la ciudad:
-“Hangar 18 estaba en la zona del abasto. Fue el primer lugar donde toqué. Antes salía los domingos, noches matineé, empezaba temprano, eso estaba re bueno. Ahí empecé los primeros pasos, en la corriente más alternativa de Córdoba. Yo no hablo de “under”, a mí la palabra “under” me hace un poco de ruido.
En esta época empecé a curtir música electrónica importada de afuera. Hangar y la música alternativa fue lo que me llevó a dar los primeros pasos. Era un ambiente bastante mezclado los domingos. Viernes y sábado era más exclusivo lgbt. Yo siempre fui a lugares en donde la diversidad de la gente era bastante heterogénea, de chico no salía a lugares exclusivamente lgbt.
La nueva tendencia de la música electrónica en Córdoba hacía que se mezclaran los ambientes. Era un nuevo género en la región. En donde el público gay estaba mezclado en todos lados.”
Hubo un momento característico en la historia de Hangar 18, espacio icónico de la noche LGBTIQ+. Fue un allanamiento al club, en donde un policía tomó el micrófono y ordenó el desalojo del lugar, quedando esto grabado. Más tarde la grabación se haría en arte, convirtiéndose en un track musical de la mano de Bruno Chaix. Nada nuevo para las revueltas que se venían dando en la época.
Andrea Nazaro, integrante de Vesica Piscis, trabajó en Dorian Gray (ubicado en Av. Roque Sáenz Peña 998) en el año 2000. Nos cuenta cómo se sentía al habitar ese espacio:
-“En Dorian Gray no importaba tu orientación, lo importante era ser libre. Esto se sentía siempre en cada noche. Era un lugar donde cada unx era quien quería ser. Cada noche, cada unx, se vestía como quería, jugaba a ponerse en su mejor versión, en su mejor personaje. Siempre se implementó la libertad en las intervenciones. Siempre vanguardista. En Córdoba fueron fieles en fusionar la electrónica con la diversidad. Fue un club 100% contracultural.
Tenía ciclos increíbles: los sábados “Santa Kitsch”, ciclo pop, abiertamente “gay friendly”, donde se creaban puestas casi cinematográficas, arte, vanguardia pura. Había noches como “Cabaret”, ciclo electrónico con gogo dancers, arte y todo desde un sentido súper estético.
Podías tener a Kintar, Carla Tintore, Deep Mariano tocando electrónica, y el lugar con una puesta artística y una mística tremenda. Esto al público le encantaba, lo disfrutaba, era parte de esa película. Todos esos colores que tiene la diversidad, Dorian se lo ponía a la electrónica.”
Rodri Vacis solía ir al Sol (1995), un lugar con historia y gran incidencia en lo que fue la cultura electrónica en la ciudad de Villa Allende, ubicado sobre Av. Argentina y Av. Goycoechea:
“-Todos los lugares que se frecuentaban tenía como denominador común la música electrónica. Siempre consideré que los lugares a donde yo salía eran diversos.
La gente que yo frecuentaba tenía una cabeza un poco más abierta. En paralelo, existían otras movidas del Chateau, ciclos, el Sol por ejemplo, yo con 16 años iba con DNI falso. El club era para mayores de 18 años.
También estaba KOOI, un bar que estaba adelante para arrancar la previa, y luego cuando abrían las puertas del Sol, dejaban ingresar al público.”
El Buen Dios estaba ubicado en una esquina de Güemes (Av Marcelo T. de Alvear). Aldana García, DJ cordobesa, nos contó que gran parte de su vida tocó ahí.
-“Un día hicimos una fiesta para chicas. La nombramos “Muy de Minas” y ese día colgamos la bandera LGBTIQ+ en la ventana.”
Otro ciclo popular es Look Me, ubicado en el corazón de Nueva Córdoba (Independencia 1080). Flor QM es otra DJ de la ciudad que consultamos y nos contó sobre su experiencia en el lugar:
-“En esto voy a incluir Basement con su pista de Look Me. Creo que es un espacio donde el propio público termina haciéndolo LGBT. Mucha gente de la movida y del colectivo comenzó a consumir electrónica en ese lugar.
El año pasado iba a ser la marcha del orgullo y el miércoles previo habíamos pensado hacer una cabina del orgullo con gente LGBTIQ+. Se hizo una cabina re linda, fue bien recibido. Lo que más me gustó fue que un amigo Drag (Stella Fantasía) participó del evento y yo estaba preocupada de que hubiese algún inconveniente porque iba a entrar con su DNI, montado como Stella.
Me acerqué y le pregunté cómo se sentía y cómo había sido su ingreso, a lo que me respondió que todo super bien, que no tuvo ni un problema. Eso significó un montón para mi y me hizo decir ‘éste lugar es LGBT’. Pero creo que su público lo hizo así.”
ZEN es un ícono LGBTIQ+ de la ciudad en donde también estuvo presente Flor QM. Está abierto desde el año 2005, ubicado en barrio Observatorio (Julio Roca 730).
-“Es un boliche mas bien cachenguero, muy de la movida LGBT. Toqué electrónica ahí a principio de año. Esa noche el evento tenía entrada diferenciada por lo que no fue el público habitual el que asistió sino personas que fueron al evento. De todas formas fue una noche en donde la diversidad se vivió desde quienes compartimos cabina hasta quienes asistieron.”
Existe una fiesta contemporánea en la ciudad que reúne las características de los clubes clásicos del Abasto. Esa experiencia se llama LIT y se hace en Casa Babylon. Rodri Vacis estuvo al mando de varias noches.
-“LIT nos reencontró con el House y con las raíces. Con Casa Babylon, donde yo había tocado veinte años atrás. LIT hoy es un producto de Facu Carri, con Dreamers, con los chicos de Babylon, y yo estoy apoyando el ciclo en general. Hoy el público identifica a LIT con Facu.
Lit viene a ser como una clase: “vengan a escuchar esto que es cultura”. Tiene un sentido, un concepto, y hay pocos eventos que tienen un concepto. Tiene una bajada de línea interesante, y principalmente una razón de ser. Facu, en conjunto con todo el equipo, ha generado un producto innovador en la ciudad.”
A finales de 2015 cerró Black Sheep en el Paseo del Buen Pastor, en donde se hizo durante un tiempo el ciclo llamado Friendly Sundays, todos los domingos a la noche. Había tenido mucho éxito por 2011-2012, hasta que en poco tiempo fue dado de baja.
Magda Speranza otra DJ que transito los pasos underground de la escena cordobesa, nos contaba lo siguiente:
“Hangar 18 fue el antes y el después, fue para mi el inicio, pero la movida electronica antes era otra cosa, era un movimiento underground, no importaba de donde venias, en que barrio vivias, si tienes plata o no, si eras blanco o negro, puto, torta, ahí había una diversidad increíble. Y lo que más extraño era la comunión de celebración que se generaba a través de la música. Yo me acuerdo que me paraba desde la cabina y veía los colores, las plumas, una mezcla de cosas muy divertidas. Y a raíz de estos lugares fueron surgiendo el resto.”
Es importante nombrar estos lugares geográficos de la ciudad que siempre albergaron la cultura del underground, sobre todo como espacios de libre expresión y participación de la cultura electrónica. No son datos menores ni los lugares en donde se ubicaron, ni qué cultura predicaron ni tampoco a qué expresiones artísticas se les ha dado lugar. Gracias a estos relatos, podemos notar que la mayoría de los lugares que expresaban este comportamiento cultural eran físicamente localizados en la zona del Abasto.
En la Semana de los Colores queremos apreciar de cerca cómo se vivía la música electrónica en el colectivo LGBTIQ+ de la ciudad de Córdoba.
Con la llegada de DJs Internacionales y las fiestas masivas, la escena local comenzó a tomar otros rumbos, haciendo más débil la posibilidad de trabajo a aquellxs DJs oriundos de la provincia o el interior del país. Con el tiempo fueron surgiendo ciclos que diversificaron la movida cultural y una vez más se les da lugar a lo underground o alternativo, sin dejar de ser una movida masiva. Nos esperanza volver a los orígenes donde lo importante era expresarse y que haya espacios que lo permitan, para todos los colores.