Algunos de los amantes de la música electrónica esperábamos el nuevo lanzamiento del reconocido dúo inglés. Fieles a su estilo, “No Geography” reúne el sonido característico de The Chemical Brothers: big beats, dance y piezas más cerca de la canción que del track.
Los Chemical Brothers están de vuelta. En esta semana se publicó el nuevo disco del clásico dúo, titulado No Geography, y tiene muy buena música. Ya nos habían adelantando temas mediante videoclips, un recurso oldie, y al escuchar la obra completa se puede percibir que la energía está intacta. Letras, vocales, y ritmos experimentales que exploran los recursos de la música electrónica con gran efectividad.
Eve of destruction, que abre el disco, es una introducción potente que está ligada casi imperceptiblemente a Bango, una pieza sin demasiados riesgos pero que propone un ritmo bailable. En sus primeros dos temas, No Geography ya nos recuerda la esencia del dúo y genera expectativa para encontrarnos con algún nuevo hit.
Ese momento llega con Got To Keep On, uno de los adelantos del disco, que juega con la idea de un show en vivo. Vocales de diversos tipos, un “público” presente en la canción (aunque no es en vivo) y una mezcla de timbres que te dejan tarareando los coros y las campanas. No hay que hacer demasiado esfuerzo para sentir que será uno de los nuevos hits de la pista, ya sea en un show de los Chemical o en el de otros DJ que se animen a pinchar el tema. Baile asegurado.
Gravity Drops es una pausa, a mi entender, más musical. Más lento, más conceptual. Tom Rowlands y Ed Simons proponen en este tema un ambient rústico, que cuando parece despedirnos se conecta con The Universe Sent Me. Acá ya escuchamos un tempo acelerado y una sensación progre que no es rara en sus discos. Un momento zen, un estallido bien mezclado, una vocal femenina. Una canción que se roza con Swoon de su disco Further. Lindazo, cabe aclarar.
Desde We’ve Got To Try, que tiene un aire a Moby, comienza una serie de temas pila que no permiten descanso. Le sigue Free Yourself, uno de los singles que ya conocíamos y que provoca una tensión sonora que es soportable gracias al leit motiv que acompaña toda la canción. Este pedido de liberación desemboca en MAH, quizás mi favorito, que arranca con unas risas para amainar el estallido que llega después.
El videoclip de MAH es una fiel representación de sus shows en vivo: la cámara está posicionada en el público y cuando lo ves en HD podés dimensionar la alta gama de sus presentaciones. Los Chemical Brothers, así como Eric Prydz o Pink Floyd, han sabido ofrecer un espectáculo que trasciende lo musical y que se apoya mucho en sus visuales, en la iluminación y en el lugar donde se encuentran.
Y así llegamos a Catch Me I’m Falling, el último tema. Un lento de más de 5 minutos en el que vuelve la vocal femenina (con variaciones) y el recurso melódico del Progressive. Pero para nada sirven las categorizaciones. Los 10 temas del nuevo disco son impecables y, desde una perspectiva claramente subjetiva, puedo decir que lo nuevo de The Chemical Brothers está buenísimo. Y también me permito afirmar que sería hermoso tenerlos en Córdoba.