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Cosquín Rock 2020 – Día 2: techno en reunión

El Día 2 del escenario electrónico del Cosquín Rock 2020 dejó mucho techno y potencia, con presentaciones especiales y lugar para la sorpresa. Un festín de música y gente de todas las edades y estilos.

Portada
Foto: Agustín Cornaglia / Córdoba Beat.

El primer día ya había pasado. La primer experiencia del Cosquín Rock con el escenario electrónico dejó sensaciones particulares en el público y pudimos ver una nueva dinámica entre la música, los géneros y la gente.

El BNP Stage, situado a un costado del predio, sonaba permanentemente mientras los otros escenarios destilaban otros sonidos y presentaban otras opciones. Estábamos frente a una situación novedosa que se prestaba para la observación y el análisis.

Y el domingo era un día de mixturas, ya que en todo el festival había propuestas muy distintas entre sí que se veían plasmadas en el público. Había jóvenes (incluso niños) lookeados con pilusos y pantalones anchos dispuestos a ver el trap de Wos, Cazzu, el Duki, Neo Pistea, entre otros.

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Foto: Sepia Fotoagencia / Cosquín Rock.

También se divisaban rockeros de ley buscando a Los Gardelitos o La Vela Puerca, remeras de Los Piojos esperando a Ciro, los representantes +40 que iban a ver la reunión de Los Caballeros de la Quema y hasta metaleros con pelo largo y lacio preparados para el rock pesado de Horcas.

Y por supuesto que había remeras negras, esas de techno. Pero eran los y las menos. Lo que sucedió fue que el escenario electrónico fue la reunión. Fue donde se cruzaron todo los tipos de públicos, buscando una alternativa distinta. 

La música electrónica se planteó desde el inicio como un lugar aglutinante, un punto de encuentro entre quienes iban a ver las distintas propuestas, todas diferentes entre sí. Eso también explica la fluctuación de gente. Había momentos en que la pista se encontraba con un puñado de personas y otros donde los vacíos se llenaban y el caudal era mayor.

Ver más:  “Cosquín Rock 2020 – Día 1: Pilusos convergentes”

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Foto: Agustín Cornaglia / Córdoba Beat.

Mucho tenía que ver lo que sucedía en los otros escenarios, donde los movimientos en horarios y grillas permitía huecos que se llenaban con música electrónica. Muchos/as porque así lo decidían y otros porque la curiosidad los alentaba.

Quedará la duda de cuántos/as fueron los que compraron su entrada pensando sólo en la música electrónica, como sucedió en la edición 2019. Será para otro análisis. Vamos a lo que nos interesa: el techno.

Los primeros sonidos dominicales

El dúo Mens of Clam fueron los seleccionados para ser los primeros, a las 14 horas, como casi todo el resto del festival. Fue un set con sonidos minimal techno y tintes melódicos, casi haciendo una continuidad de lo que había dejado Jeremy Olander en el cierre del Día 1.

El primer internacional fue Alex Pott que, junto a los que siguieron, le dieron un recreo al techno para hacer sonar un poco de house y mover al público tempranero que iba llegando en la tarde nublada de domingo. El español representante de Elrow tuvo un buen desempeño e hizo bailar.

Subió a continuación el primer representante local, nuestro querido Pedro D’alessandro. Como nos tiene acostumbrados, Pedro se movió por las diferentes variantes del house con una propuesta arriesgada en lo que a música respecta. Lo conocemos, nunca va a presentar algo superficial ni vacío y siempre buscará sorprender.

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Foto: Sepia Fotoagencia / Cosquín Rock.

Sobre el atardecer llegaba el turno de un b3b con mucho estilo: el cordobés Knowbru junto a los porteños Manu Desrets y Bodeler. Los tres son fieles representantes del house argentino y así lo plasmaron en su set. Groove, platillos y potencia. 

Sonaron cosas interesantes, como el edit de Rodri DP con las vocales de Gustavo Cerati en “Cosas Imposibles”, un fragmento genial de la voz de Phil Collins en “In The Air Tonight” e incluso melodías de The Doors. Fueron los únicos que entendieron dónde estaban parados.

Knowbru Bodeler Desrets
Foto: Esteban Salino Tarditti - Gonzalo López / Buenas Noches Producciones.

Techno internacional

La que siguió fue Melanie Ribbe quien, para la humilde opinión de este redactor, fue la gran revelación de la tarde/noche. La DJ alemana de nacimiento y jamaiquina de crianza subió cayendo la noche y nos regaló un set tremendo. Una selección impecable, con mucha potencia pero sin perder el criterio ni el factor sorpresa. Muy interesante descubrimiento.

Fue subiendo la intensidad poco a poco y le dejó una pista caliente a Marco Bailey, que llegó ya en la oscuridad de la noche. El belga subió los BPM y la agresividad de su techno. Fue un set más de efectos que de tracks, cosa que es propia de Marco. 

Melanie Ribbe
Foto: Agustín Cornaglia / Córdoba Beat.

Le dejó la vara alta al otro Marco, Faraone, en cuestión de intensidad, cosa que el italiano mantuvo. El cielo de la noche de Santa María de Punilla ya estaba abierto y se tradujo en la música. Faraone mutó a un set más fino y matizado, no tan violento, mucho más “disfrutable”.

Mención especial merece el cierre, con una versión techno de un clásico como “What’s a girl to do” de Fátima Yamaha. Precioso.

El cierre del escenario estaba a cargo de una de las figuras más importantes del techno mundial: Chris Liebing. Y, como era de esperarse, estuvo a la altura de las circunstancias. Techno preciso, detallado, completo. La prueba de que no todo tiene que ser hardcore si se pone un poco de cabeza y musicalidad.

Chris Liebing es una biblioteca musical andante y tiene infinidad de recursos para caminar en los márgenes, sin caer en lugares comunes. Todo esto sucedía con un ir y venir constante de público que, sin embargo, promediando el set de Faraone, en un momento se asentó y ya era una base.

Chris Liebing

Se podía ver diversidad de gente, que fue un fiel reflejo de lo que fue toda la experiencia. Jóvenes, no tan jóvenes y medianas edades. Electrónicos remera negra con el logo de Afterlife, chicas con glitter y lentes extravagantes, musculosas de bandas de rock cortadas improvisadamente. Incluso vimos banderas flamear. ¿El elemento común? En algún momento, todas y todos, levantaban las manos.

En un punto todas, todos, todes, se dejaron llevar por el techno. Algunos más acostumbrados, otros con caras de sorpresa. Pero se dejaron interpelar por una propuesta que era novedosa en un contexto que siempre fue rockero, pero que ha mutado a una divergencia representativa de los tiempos que corren.

Y eso fue el escenario electrónico en el Cosquín Rock 2020: unión de especies, cruza de realidades, congregación de estilos y estéticas. Fue techno en reunión.

Banderas flameaban en el escenario electrónico. Foto: Córdoba Beat.

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