Así como hay diferentes tipos de música, hay diversos formatos a la hora de armar un line up. ¿Qué es mejor: una propuesta vanguardista e innovadora o una grilla de nombres fuertes y consagrados?
En una escena electrónica donde los grandes festivales se llevan todos los reflectores, con estrellas consagradas y talentos emergentes en todo el mundo, el momento de armar un line up puede ser muy desafiante.
La diversidad de opciones a la hora de encarar la búsqueda musical debe coordinarse con limitaciones de horarios y presupuestos, con el objetivo de crear propuestas artísticas que convoquen y estimulen a un público que tiene cada vez más alternativas para ir a escuchar buena música pero que debe elegir con precisión.
¿Qué es el Sónar?
El Sónar es un festival de música, innovación y creatividad que se desarrolla por casi una semana durante el mes de junio y con epicentro en Barcelona, aunque ya arrastra más de 100 ediciones en todo el mundo desde su creación en el año 1994. Es impulsado por la búsqueda de sonidos y performances vanguardistas que desafíen los límites. La música electrónica se conjuga con las artes audiovisuales y la tecnología, construyéndose como un espacio para el descubrimiento de nuevas tendencias emergentes.
Tal como enuncia su página web, el Sónar “reúne a público, artistas y profesionales de todo el mundo, atraídos por la innovación en contenidos y formatos”. Es por esto que, además de presentar DJ sets que prometen romper la pista, también se pueden encontrar shows de artistas no necesariamente relacionados con la música electrónica de baile e incluso el Sónar+D, un congreso de tecnologías creativas y cultura digital, con conferencias, presentaciones y workshops que este año girarán en torno al disparador “Creatividad + IA”.
¿Es el Sónar el festival con mejor line up?
Una de las características principales del Sónar es presentar shows únicos, nunca antes vistos o al menos poco. Dentro de la 32° edición de este año, encontramos presentaciones exclusivas y puramente electrónicas como la vuelta de Richie Hawtin bajo su alias Plastikman, dos b2b bomba como Indira Paganotto y Armin Van Buuren y Skrillex junto a Blawan y sesiones especiales de Eric Prydz, Peggy Gou, Honey Dijon, Dixon, Vintage Culture, Four Tet, Mochakk, entre otros.
Pero esto se combina con shows mucho más alternativos como BICEP presentando la performance CHROMA AV/DJ, la introducción de la DJ estadounidense Dee Diggs junto a la leyenda de los ‘90, Ultra Naté, Raül Refree junto al ‘cantaor’ de flamenco Niño de Elche o las argentinas Six Sex y Nathy Peluso, esta última presentando por primera vez en España su último disco “Grasa” y en la misma noche un DJ set con remixes del mismo álbum.
Podemos ver que verdaderamente hay una mixtura sofisticada de géneros y subgéneros, con un nivel extra de complejidad artística. Esto choca con line ups de festivales más “convencionales” como Tomorrowland en Bélgica, Awakenings en Países Bajos o Futur Festival en Italia, que presentan nombres rutilantes de la escena electrónica mundial y donde el foco está puesto en la pista de baile, sin pensar demasiado en la coherencia musical o formatos innovadores. Ahí estarán los mejores y tendrán dos o tres horas para dejar todo en la cabina. Fuerte al medio, para usar una analogía futbolera.
Cuidado, este análisis de ninguna manera pretende restarles valor a este tipo de propuestas. Es probable que pases una de las mejores noches de tu vida en un festival como Tomorrowland, porque los artistas son, sencillamente, los mejores del mundo. Además, una gran ventaja para el público es que en una misma tarde o noche tenés la oportunidad de ver a tres o cuatro DJs que siempre quisiste ver y en un mismo lugar, algo que sería muy difícil de otra forma.
A la hora de establecer qué estilo de line up es mejor entramos en terreno pantanoso, porque acá se juegan las subjetividades. Lo que para uno puede ser algo intrascendente, para otro puede significar un deleite; lo que una persona puede priorizar puede parecer superficial para otra. Incluso pueden convivir ambas propuestas y no son excluyentes una con la otra: si te alcanza el presupuesto, podés ir en la búsqueda de la innovación en una y una noche de puras bombas en otra.
En la música y el arte, nada está ni bien ni mal por sí sólo. Todo depende de qué preferencias tengas para un momento específico de tu vida y que seas genuino/a con tu elección. Luego de eso, nadie puede juzgarte, porque sobre gustos no hay nada escrito.
