Reinier Zonneveld puede hacer techno junto a Carl Cox o un house de playa estilo Ibiza con una calidad impresionante. Con sólo 28 años este holandés ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad.
La música electrónica siempre ha sido objeto de críticas por parte de los puristas de la música tradicional. Algunas de las frases más escuchadas suelen ser “en la electrónica no se tocan instrumentos” o “hacer click en computadoras no es hacer música”.
Hay muchos argumentos para rebatir esas objeciones. Uno de ellos es Reinier Zonneveld. Con tan sólo 28 años, este artista holandés que viene de la música clásica ha corrido todos los límites del techno y de las performances en vivo del mundo de la electrónica.
En sus presentaciones hace exclusivamente live y sus producciones conjugan elementos electrónicos y analógicos, con una complejidad sonora y de composición sorprendentes. Su sello Flight on Acid en poco tiempo logró marcar tendencia y la versatilidad de sus sets y producciones lo hacen uno de los artistas más completos de la escena.
Una vida con la música
Reinier nació en Amsterdam en enero de 1991 y comenzó con la música de pequeño. Muy pequeño. Con decir que a los 3 años comenzó con sus clases de piano y hasta muy avanzada edad se perfeccionó en la música clásica. Al mismo tiempo ya empezaba a componer su propia música, un campo que dominaría en todos los géneros.
El camino apuntaba al conservatorio, pero cuando cumplió 16 optó por otro destino. En declaraciones a DJ Mag, afirmó: “Creo que en ese momento vi que la música era un negocio difícil y me dio miedo”. Pero también agrega que luego se la pasó haciendo música de todas formas.
Llegó la edad de asistir a raves y eso provocó su encuentro con la música electrónica. Aprovechó la ola de popularidad que el género tuvo en los 2000 y volcó todo su conocimiento musical a la electrónica.
Un joven gran talento
Reinier al poco tiempo empezó a demostrar su talento y su carrera devino en éxito bastante rápido. Su primer lanzamiento, “Joker”, fue en el año 2012, con un EP de dos original mixes y dos remixes lanzado en el sello InterTech Records. Tenía tan solo 21 años.
Desde este punto su rally de producciones fue muy intenso. Casi diez EP por año, incluyendo compilados y remixes. Y lo más llamativo es que le llevó sólo algunos años en llegar a los sellos más importantes del mundo.
En 2014, por ejemplo, ya lanzaría en Deeperfect. Luego en el prestigioso Stil Von Talent de Oliver Koletzki y más adelante en Intec de Carl Cox, Minus de Richie Hawtin, Suara de Coyu y Drumcode de Adam Beyer, entre muchos otros. También remixaría a nada más ni nada menos que Moby.
En 2017 llegaría la hora de crear su propio sello, Flight On Acid, donde aprovecha su adelantado oído para curar música de otros y otras. Incluso esto también llama la atención porque en tan sólo dos años el label ya está posicionado como uno de los mejores sellos de techno del mundo, siendo una referencia. Artistas como UMEK, Butch, Bart Skills, Dusty Kid, Loco & Jam y hasta el propio Carl Cox ya han editado en FOA.
Reinier Zonneveld: un artista completo
El holandés es, sin dudas, uno de los artistas electrónicos más completos del mundo. Reinier, en la actualidad y en casi toda su carrera, sólo hace live shows. Como él mismo dice en una nota con BeatBurguer, es lo que le permite tener más control sobre los sonidos y las herramientas. Y el dato es que sólo toca sus propios temas.
Algo que lo hace especial es que es un artista de álbumes. Tiene 3 discos propios de estudio, que contienen entre 10 y 15 tracks, pensados para contar una historia, lo que es muy poco común en la música electrónica. El primero, “Reverse Psychology”, fue editado en el 2013 (tenía 23 años) en el sello Illegal Alien y el segundo “Megacity Servant” en el 2016 en el sello Stil Von Talent.
El tercero salió el año pasado en su propio sello Flight On Acid. “Church Of Clubmusic” es directamente una obra de arte sonora. Tiene una complejidad sorprendente y va llenando la sala de intriga a medida que va avanzando.
Hablar de “Church Of Clubmusic” permite denotar una de las características más especiales de Reinier que es la increíble versatilidad. Este disco es una muestra clara, es una fotografía de lo que es como artista.
Se podría decir que la línea conectora es y será el techno, pero la cantidad de variables que tiene lo hace altamente impredecible. Desde el techno duro actual (Circus) a un acid rave techno de los ‘90 (Hard Gaan). Los tracks cambian de estilo incluso dentro de su misma estructura. Recorre también el breakbeat, downtempo y música ambient.
Al mismo tiempo, dentro del disco se puede escuchar una especie de homenaje a la música dance ochentosa en Ibiza Disco Lines (I Don’t Wanna Stop) o un house puro en I Wanna Dance With You. Es muy difícil encontrar esto hoy, en épocas donde la música está más segmentada y empaquetada que nunca.
Reinier Zonneveld es esto. Un artista que puede reventar con un techno como en Inferno junto a Carl Cox, o alcanzar el número uno de los charts con un deep house lleno de vocales como en Things We Might Have Said con las vocales de Cari Golden. Una caja de pandora que vale la pena explorar y lo tendremos en Córdoba dentro de muy poco en el Gruv Festival. Fecha imposible de dejar pasar.
