A un año de haber dejado la carrera de Psicología, el DJ sanjuanino consolida su camino en la música electrónica con una identidad sonora que crece desde el house y sus subgéneros. En poco tiempo, pasó de mezclar en reuniones con amigos a lanzar cuatro tracks originales que fueron bien recibidos por el público y los sellos.

“Siempre soñé con transmitir emociones a la gente”, dijo con convicción. Aunque lleva dos años en la escena, fue recién hace uno cuando decidió dedicarse por completo al DJing. Antes, su vida tenía otro rumbo: estudiaba Psicología, carrera que, paradójicamente, lo ayudó a encontrarse a sí mismo. “Fue en ese proceso donde me di cuenta de lo que realmente me apasionaba: compartir emociones a través de la música”, contó. La decisión no fue fácil —dejar los libros para entregarse al sonido—, pero había algo que no podía sacarse de la cabeza: ese deseo de provocar en otros lo mismo que él sentía cuando escuchaba a un DJ. “El DJing fue la forma perfecta de hacerlo”, aseguró.
Mucho antes de subirse a una cabina, la música ya era un pilar en su vida. Creció en una casa donde el sonido era parte del aire cotidiano. “Mi papá es músico y muy apasionado, y mi mamá siempre fue fanática de la música; incluso quiso dedicarse a eso”, recordó.
Aquella influencia temprana no solo lo rodeó de discos y melodías, sino que también lo formó de manera intuitiva: en su casa se escuchaba música todo el tiempo y le enseñaban, junto a su hermana, a reconocer qué estaban oyendo, a distinguir los sonidos, a prestar atención.
“Siempre admiré a los DJs por su capacidad de transformar una canción en algo completamente nuevo, de crear una atmósfera única”, contó. Aunque en ese entonces no veía el DJing como una opción profesional, la atracción era clara.
En las juntadas con amigos, el patrón se repetía: si había un parlante, él se hacía cargo. “Abría dos pestañas en YouTube y trataba de mezclar canciones para que sonaran bien. Mis amigos me decían que sonaba súper bien, y ahí empecé a pensar en esto de otra manera”, comentó.
Como muchos de su generación, su primer acercamiento fuerte al mundo del DJing vino desde el lado más mainstream. “El primer DJ que me gustó y que marcó mucho mi camino fue Calvin Harris”, dijo, reconociendo el impacto que tuvo su estilo de mezcla y producción en esos años formativos. También hubo lugar para otros nombres icónicos del pop electrónico como David Guetta y Avicii.
Con el tiempo, esa fascinación inicial dio paso a una búsqueda más profunda. Estudiar producción musical y explorar nuevos géneros lo llevó a descubrir otras formas de expresión sonora: “Empecé a admirar a artistas como Nick Warren, James Hype y Solomun”, comentó.
Si hay un nombre que hoy ocupa un lugar central en su inspiración es el de Hernán Cattáneo. “Lo que me inspira de él es su forma de mezclar y cómo conecta con el público en sus sets; es algo realmente increíble”, dijo con admiración, como quien observa a un maestro en acción.
Su recorrido musical también fue afinándose con el tiempo. “Cuando empecé en la música electrónica, me sentía muy atraído por el Tech House”, admitió. Sin embargo, el estudio y la curiosidad lo llevaron a redescubrirse dentro del género. “Entendí que lo que más me identifica es el House en su totalidad y todas sus ramas”, contó.
Hoy su sonido se mueve con soltura entre el Progressive, el Deep y el Afro House, estilos que —según explica— le permiten construir las emociones y atmósferas que quiere transmitir en sus sets y producciones. “Me siento muy cómodo ahí”, dijo, aunque rápidamente aclaró que no se encasilla. También encuentra inspiración en otros paisajes sonoros: “Disfruto muchísimo del Melodic House y el Melodic Techno. Me inspiran y me permiten seguir explorando nuevos sonidos”, afirmó.
La música, para él, es una forma de expresión tan personal como compartida. “Lo que más me gusta de ser DJ es la capacidad que tengo para conectar con la gente”, dijo, y se nota que esa conexión va más allá de una pista de baile. En la cabina, siente que puede ser él mismo, sin máscaras: “Puedo expresarme de manera auténtica”, afirmó.
Le apasiona observar las reacciones del público ante cada track, leer el clima del lugar y responder con música. Pero su búsqueda no termina ahí. La producción le ofrece otro tipo de libertad, una más introspectiva.
“Crear algo desde cero, experimentar con sonidos y plasmar mis pensamientos en una canción es una de las experiencias más satisfactorias”, aseguró. Esa dualidad —mezclar en vivo y componer en soledad— le permite generar experiencias únicas, en las que siempre está presente su deseo de conectar.
La producción musical llegó como un paso natural en su camino artístico. Hace un año comenzó a estudiar formalmente en Arjaus, una escuela que le dio las herramientas para empezar a crear sus propias composiciones. “A medida que adquiría conocimientos y practicaba, empecé a producir mis primeros tracks y a compartirlos”, contó.
Ese proceso marcó un nuevo inicio: el momento en que, además de ser DJ, se asumió también como productor. “Podría decirse que fue ahí cuando me dediqué formalmente a producir música electrónica”, señaló con claridad, como quien reconoce un punto de quiebre en su evolución artística.
Este año marcó un hito en su joven carrera: presentó cuatro tracks originales, algo que no esperaba que ocurriera tan pronto. “Fue algo inesperado pero increíble”, dijo todavía con asombro.
Su primer edit llegó cuando apenas llevaba nueve meses de estudio, un período breve pero muy intenso. “Estaba practicando mucho para llegar al sonido que realmente quería y que reflejara mi estilo”, explicó.
Cada vez que terminaba una pieza con la que se sentía conforme, la enviaba a los sellos de Intruso, y no solo fueron aceptadas, sino que también recibieron una buena recepción del público. “Eso me motivó aún más”, confesó.
Aunque reconoce que todavía está en búsqueda de su identidad sonora definitiva, la experiencia le dejó una enseñanza: el camino es tan importante como el resultado.
“Fue desafiante, porque me enfoqué en plasmar mi visión y experimentar con nuevos sonidos. La satisfacción de que mi música haya sido aceptada me impulsa a seguir adelante”, expresó.
El horizonte de sus sueños es amplio, pero tiene los pies firmes en el presente. “Mi mayor deseo para mi carrera musical es poder seguir creciendo como artista y como persona”, dijo, y enseguida aclaró que su objetivo no es solo personal, sino también colectivo: generar con su música esa misma emoción que alguna vez lo marcó. “Quiero que mi música logre conectar con la gente de una manera profunda, tal como lo hizo conmigo en el pasado”, afirmó.
Se imagina tocando en escenarios nacionales e internacionales, pero también aportando al crecimiento de la escena local: “Aspiro a poder crecer y ayudar desde donde me toque a la escena argentina, que tiene mucho talento”, indicó. Lo moviliza la idea de evolucionar sin perder la esencia, y de sumar algo fresco y auténtico al universo sonoro de la electrónica. “Seguir aprendiendo, siempre”, dijo, como quien sabe que el viaje recién empieza.