La Justicia de Córdoba se pronunció sobre los eventos masivos de la escena electrónica de Córdoba. A continuación, hacemos un repaso por la causa judicial y sus consecuencias.
La electrónica se encuentra nuevamente ante un señalamiento por parte de la Justicia de Córdoba -unos de los poderes de nuestro formato republicano-, tras la sentencia del juicio abreviado a los representantes de Buenas Noches Producciones, por parte de la familia Abrile: querellante en la causa.
Hace un mes, la Cámara Criminal y Correccional de 6° Nominación de Córdoba exhortó a prohibir las fiestas electrónicas a la Municipalidad de Córdoba y, en ampliación, a las gestiones municipales que tengan eventos de esta índole en sus comunas.
La información fue publicada por el periodista y colega Gaston Nahuel, del medio Docta Club, quien anticipó que en el cierre del juicio los camaristas Enrique Buteler, Pablo Brandán y Esteban Díaz Reyna recomendaron tomar estás acciones por incurrir en “un altísimo riesgo para la salud”.
Está decisión de los jueces, según consta en la causa, está fundamentada por las declaraciones de dos de los acusados y un testigo de la causa.
La reciente decisión es, como poco, un fuerte impactó a uno de los motores de la industria de los eventos masivos que fue malinterpretada y estigmatizada. Y no sólo ahora, históricamente. El enfoque judicial se centra en prohibiciones amplias que ignoran tanto las causas reales de los problemas como las posibles soluciones efectivas.
En este sentido, el descargo de los camaristas hace énfasis en la falta de atención médica profesional hacia Abrile. Los médicos que dieron sus alegatos en el juicio remarcaron que ante una atención correcta sería otro el escenario.
Córdoba Beat defiende la escena electrónica como un espacio de arte, comunidad y expresión, que merece ser regulado con inteligencia y no con prohibiciones extremas (y hasta un poco absurdas).
En eco de esta sentencia judicial, algunos medios de comunicación y cuentas especializadas en música electrónica dieron a conocer la exhortación realizada por el tribunal de justicia del caso de Tania Abrile de prohibir las fiestas electrónicas debido a las muertes que ocasionan.
Antes de entrar en los detalles del hecho en cuestión, llama la atención que los medios de comunicación masivos de Córdoba, vuelvan a poner el ojo a un pedido judicial, nuevamente demonizan los eventos de la escena con una exhortación judicial que tiene un carácter de sugerencia y/o pedido, para que sea tratado por los órganos correspondientes y que estos decidan reglamentarla y/o hacerla efectiva.
ATENCIÓN CON ESTE DATO 🚫 Para la Justicia de Córdoba, la Municipalidad DEBERÍA PROHIBIR las fiestas electrónicas por representar "un altísimo riesgo para la salud". Así lo dijo hoy al cierre del juicio en la causa de Tania Abrile.
— Gastón Nahuel (@GastonNahuelAB) November 1, 2024
¡Claro, porque así se soluciona todo! pic.twitter.com/2pKGi03bzO
Cabe destacar que los jueces hacen alusión en su documento que el descargo o la exhortación es hacia los eventos masivos de música electrónica y no sobre el género en sí.
La propuesta de prohibir las fiestas electrónicas no sólo carece de perspectiva, sino que ignora los efectos colaterales que genera. En primer lugar, empuja los eventos hacia la clandestinidad, donde las condiciones son aún más inseguras, con nula regulación y sin acceso a medidas de emergencia. En segundo lugar, promueve la desinformación, privando a los jóvenes de espacios donde podrían recibir educación sobre los riesgos del consumo de sustancias.
Por último, desconoce el impacto económico y cultural que estas fiestas tienen en Córdoba, afectando tanto a artistas como a trabajadores y negocios vinculados a la escena. Si no, para quienes desconocen de esto, generó para la ciudad consumos por 30 mil millones de pesos, además de un impacto directo en el turismo de la provincia, que genera un atractivo para las inversiones a los eventos que tienen como protagonistas a DJs estrellas.
Estas fiestas son espacios de interacción cultural, desarrollo artístico y para muchos, de expresión y libertad. Equiparar su existencia a contextos criminales y peligrosos no sólo es simplista, sino profundamente dañino para una industria que enriquece nuestra vida cultural, una vida cultural que por lo cierto ofrece muchos puestos de trabajo.
¿Que es una exhortación judicial?
Una exhortación judicial es una solicitud formal que un tribunal dirige a una autoridad o entidad para que tome una acción específica. No es vinculante, lo que significa que no obliga legalmente al destinatario a cumplir con la solicitud. En lugar de imponer una obligación, la exhortación funciona como una recomendación o un llamado a la acción que depende de la voluntad o del criterio del organismo receptor para ser adoptada.
La exhortación judicial emitida por la Cámara Criminal y Correccional de Córdoba es un pedido para que las autoridades gubernamentales consideren prohibir los eventos electrónicos debido a los riesgos señalados en la sentencia. Sin embargo, corresponde al municipio decidir si adopta o no esa recomendación.
Acciones en nuestra escena
En referencia a este pedido que realiza la justicia, amparados por el desarrollo de este juicio, no tiene en cuenta que los ejecutivos provinciales y municipales han tomado diferentes acciones a los largo de los años con campañas de concientización.
Si bien la sentencia también subraya que las medidas adoptadas desde 2016 han fracasado. Sin embargo, la solución no es abandonar la regulación, sino mejorarla. Los productores de eventos demostraron desde entonces estar abiertos a colaborar con las autoridades, pero se enfrentan a un sistema que prioriza el castigo sobre el diálogo.
Entonces, es imperativo que las políticas públicas se orienten hacia la construcción de un marco seguro, en lugar de simplemente prohibir, abandonar el problema y profundizar la clandestinidad a la que será impulsado el público de estos espectáculos.
En este sentido, es importante remarcar que durante estos años, el sector público y el sector privado han articulado con asociaciones civiles -el tercer sector- para reforzar las instancias de comunicación a los raver dentros de los eventos masivos, a través de stand en las fiestas para promover el cuidado de los asistentes e información para contener a un público que no cuenta con la suficiente información.
Europa: por fuera del prohibicionismo y sus consecuencias negativas
En Europa, donde la música electrónica tiene un rol central en la cultura juvenil, las políticas frente a eventos de gran escala no están basadas en la prohibición, sino en medidas de reducción de daños. Países Bajos y Alemania implementaron desde hace ya algunos años controles de calidad en las sustancias (como los programas de drug-checking), educación preventiva y personal médico especializado en festivales. Estas iniciativas han demostrado ser mucho más eficaces para prevenir tragedias que una política de prohibición que empuja los eventos hacia la clandestinidad, donde los riesgos aumentan exponencialmente.
¿Por qué no adaptamos estas soluciones en Córdoba? Es inadmisible que sigamos recurriendo a medidas que han fracasado en el pasado mientras ignoramos modelos exitosos que priorizan la salud y la seguridad de las personas.
Estigmatización amplificada por los medios
Aunque la exhortación judicial se emitió hace un mes, algunos medios masivos publicaron la noticia recientemente con un enfoque amarillista. Al no profundizar en los detalles de la causa, reprodujeron argumentos simplistas que refuerzan estigmas sobre la música electrónica. Esta cobertura mediática, más orientada a generar impacto que a informar, contribuyó a alimentar prejuicios hacia una industria cultural históricamente mal interpretada.
El error de demonizar
Los camaristas insisten en que “la subcultura electrónica normaliza el consumo de sustancias”, pero esta percepción ignora el contexto global en el que vivimos. El consumo de drogas es una problemática transversal que no depende de un género musical específico. Cargar la culpa sobre los eventos y sus asistentes es una maniobra simplista que desvía la atención de los verdaderos problemas estructurales: la falta de educación preventiva, el acceso limitado a la salud, la ausencia de políticas que enfrenten la realidad del consumo e investigación en pos de dotar de información a los asistentes.
La escena electrónica en Córdoba no es el enemigo; es una oportunidad para implementar políticas que realmente protejan a las personas. Prohibir las fiestas electrónicas no evitará tragedias, pero sí apagará una llama cultural que conecta a miles de personas con la música y el arte. Sigamos el ejemplo de otros paises que han implementado acciones con resultados positivos y prioricemos soluciones basadas en la prevención y la reducción de daños. Córdoba necesita diálogo y educación, no prohibiciones. Desde Córdoba Beat, defendemos la cultura, la música y la inteligencia colectiva para construir un futuro mejor. ¡Larga vida al Beat!