Es pianista nato, vino del mundo del rock y el folk y aun así logró convertirse en una leyenda de la música electrónica. Nick Muir está dentro del grupo de DJs que comenzó con lo que hoy conocemos como progressive house.
En general, quienes son referentes suelen ser grandes figuras. Pasa en todos los rubros: música, cine, deportes, ciencia. Están en las portadas de las revistas, son aclamados por el público, se presentan en los más importantes eventos.
Nick Muir es un caso para demostrar que para hacer historia, para ser leyenda, para cambiar el rumbo de las cosas, no hace falta estar en las primeras planas. Desde ser artífice de la creación de uno de los sellos de música electrónica más importantes del mundo –Bedrock– a ser pieza clave de la construcción de la escena dance inglesa, este quincuagenario músico nacido en Hastings, Gran Bretaña, es una leyenda viva de esto que vivimos día a día.
El Nick Muir rockero
Nick Muir tuvo una relación con la música desde muy pequeño. A la edad de 5 años ya comenzó con sus primeras clases de piano, alentado por su madre. Luego fue a un colegio secundario que tenía un vuelco muy fuerte a la música y continúo profundizando su aprendizaje con clases particulares, sobre todo de piano.
Cuando terminó el colegio trabajó 6 meses como editor musical y fue en ese momento donde pensó de manera más seria en dedicarse a la música de lleno y vivir de ella. Fue así que arrancó, tocando el piano en Inglaterra y Francia para diferentes bandas y solistas o como él dijo en una entrevista con Electronic Groove: “con cualquiera que pudiera pagarme”.
Con el tiempo llegó un mejor posicionamiento como pianista en la década de los ‘80. Nick comenzó a tocar junto al reconocido solista francés Johnny Hallyday y tuvo grandes shows. Luego fue partícipe de importantes bandas como Take That, Fire Next Time y The Men They Couldn’t Hang. Estaba más cerca del piano que de las bandejas. Pero la cuestión cambió.
El Nick Muir electrónico
Mientras grababa un disco con The Men The Couldn’t Hang, el productor de ese álbum Pat Collier invitó a Nick a que conociera su estudio personal. Allí tuvo una primera gran conexión. Descubrió que podía hacer música con computadoras y manipular el sonido de una forma única. Fue un antes y un después.
En una entrevista exclusiva con Córdoba Beat, Nick comentó que hubo algo que hizo “ruido” en el: la secuenciación. Juntar varios sonidos, ponerlos en loop, manejar y cambiar los sonidos a gusto y placer.
“Cuando las computadoras se involucraron en la música podías secuenciar 16, 24 o 30 tracks, la cantidad que quisieras. Fue como un regalo, un sueño hecho realidad. Yo era un pianista y cuando los secuenciadores llegaron tuve que desaprender todo lo que había aprendido antes y aprendí esta nueva forma de hacerlo. Esa música tuvo un sentido mayor que cualquier otra música para mi”, sostenía Nick.
El enamoramiento ya estaba en llamas. Continuó produciendo música hasta que un amigo saxofonista lo conectó con “alguien que estaba empezando a trabajar cada vez más como DJ, que probáramos hacer algo juntos”. Su nombre era John Digweed.
Allí arrancó una relación de amistad que dura hasta estos días. Fue importante para Nick porque John estaba decidido a ser DJ y revolucionar el panorama de ese momento. Nick lo siguió desde el primer momento.
Entre los dos comienzan a hacer sus primeras fiestas y a producir toneladas de música. Debían ponerle un nombre al dúo; el nombre elegido fue el que luego será el nombre de uno de los sellos más trascendentales de la historia de la música electrónica: Bedrock.
Pero, al margen de que ambos producían música increíble, con melodías pegadizas y grooves infernales, John y Nick, junto a un tanto más consagrado Sasha, cambiaron por completo la escena electrónica del Reino Unido. Las fiestas se volvieron masivas y nuevos clubes abrieron y los tenían de headliners. Revolución. Cambio rotundo.
Nick junto a John, por ejemplo, crearon a principios de los ‘90 “For What You Dream Of”, un clásico de la música británica que luego fue usado en la histórica película Trainspotting. En esa década muchos de sus tracks entraron en las listas de lo más escuchado del Reino Unido, tales como “Rok Star”, “Heaven Scent” y “Voices”.
La revolución no sólo quedó en Inglaterra, porque, sin saberlo, Nick junto a Digweed estaban delineando lo que después llamaríamos “progressive house”, género que hoy es furor. Hasta se podría decir que DJs como Hernán Cattáneo o Guy J hoy son referentes de un estilo del que Nick Muir y John Digweed construyeron sus primeras estructuras.
Nick, hablando con Córdoba Beat, dijo: “…cuando empezamos a hacer esta música no había géneros. El “progressive house” realmente no existía. Lo que yo recuerdo era que existía el acid house y era lo que se escuchaba en Inglaterra a finales de los 80 […] Quería poner un poco de mi música en esos secuenciadores y ese beat. Después de algunos años la gente le empezó a decir progressive house pero nosotros ya estábamos haciendo esa música desde antes”.
Hernán Cattáneo y la música argentina
La relación de Nick de la Argentina es cercana en lo musical y lo sentimental. Nombra a Astor Piazzola y Marta Argerich, de la que opina que es “una de las mejores pianistas del mundo” y también a su “muy buen amigo” Hernán Cattaneo:
“…escucho mucho lo que toca pero lo bueno de Hernán es que es progresivo pero también está un poco en el borde. Si yo le envío un track a Hernán y es muy progresivo, no va a ser para él. Pero si tiene algo arriesgado, eso sí le va gustar”.
De la escena argentina Nick menciona que “le gusta el groove, la parte bailable de ella y que sea poderosa” pero destaca que “les gusta que haya un poco de música también”.