Se considera “adicto al trabajo”. Por eso y por un oído distinto al resto llegó a ser referencia a nivel mundial. Tiene un sonido propio que logró destacar y un amor especial por Argentina.
Darius Syrossian es un nombre que se reconoce fácil dentro de la escena electrónica del mundo de hoy. El inglés, criado en Leeds pero con raíces iraníes, se ha ganado un lugar a base de ser un “adicto al trabajo”, como él se define, pero también reúne características musicales que lo separan del resto.
Es DJ, productor, dueño y manager de sellos discográficos, figura y organizador de eventos en todo el mundo. Está claro que lo abarca todo. Y esto lo traslada a la música, con una muy interesante variedad de sonidos que cubren varios estilos. Esta conjunción explica que sea uno de los DJ más solicitados del momento.
Vinilos y old school
Darius, como muchos otros casos, comenzó en una disquería de vinilos. En sus primeros años, tomó un trabajo en la importante tienda de discos de los 90s Global Beat Records, donde estuvo por 14 años. Fueron los contactos iniciales con la música impresa, que era donde se movía la música electrónica underground del momento.
De 2004 a 2009 fue jefe de la sección de vinilos de Crash Records, en Leeds, Inglaterra. De forma paralela fue cultivando su pasión por poner la música que le gustaba y producir la propia. Uno de sus primeros EP fue “Real Crisis” en Angel Reef Audio Recordings, en 2004, precisamente en vinilo.
Darius es nacido en Teherán, Irán, y está orgulloso de sus raíces, como indica en una entrevista con DJ Mag. Con madre cristiana y padre musulmán, tiene doble nacionalidad, algo que, por ejemplo, fue un problema cuando asumió Donald Trump en Estados Unidos.
El presidente norteamericano por ese entonces tomó la absurda decisión de prohibir la entrada de ciertas nacionalidades al país, dentro de las cuales estaba la iraní. Por este motivo Darius tuvo que cancelar un show en San Francisco en 2017.
Darius Syrossian: que el house suene techno
Darius es un DJ de house. Se podría decir eso si alguien intentara clasificarlo. Pero como las clasificaciones son flexibles, también Syrossian toca techno. Sucede que tanto como DJ como en su faceta de productor, Darius tiene un sonido que es variable, incluso hasta dentro del mismo track.
Por ejemplo, su track “Danzer”, sellado en Hot Creations, tiene una línea de bajos y el kick puramente techno, pero incorpora sintetizadores analógicos que suenan a los años 80 en un warehouse de Chicago. Esta virtud le permite tocar y producir al lado de un DJ techno como Adam Beyer o un ícono del house como Steve Lawler.
La calidad musical que fue alcanzando con el correr de los años lo llevó a tocar en los principales escenarios del mundo. Desde su residencia en Sankeys Ibiza y el showcase Do Not Sleep que lleva a todo el mundo, hasta mega festivales como el Amsterdam Dance Event (ADE).
Editó en sellos como Drumcode, Viva Music, Defected, Toolroom, Moon Harbour, Knee Deep In Sound, Snatch!, I’m a House Gangster y más. Todos labels muy reconocidos a nivel mundial y con diferentes sonidos. En 2018 lanzó Moxy Muzik, su propio sello, donde también aplica su particular criterio a la hora de seleccionar música para publicar.
Su relación con Argentina
Darius tiene una fuerte relación con la Argentina. Las y los cordobeses lo tenemos presente por las fiestas organizadas por RIOT, con amaneceres memorables y extended sets para el recuerdo. También se presentó en Buenos Aires y Rosario repetidas veces. En el país se lo espera todos los años.
Y el sentimiento es mutuo. Como él cuenta, considera a Argentina “un lugar realmente increíble […] es la actitud de la gente, que viene a bailar y a sentir la musica, no para pavonearse. No es una cuestión de estatus. El público va a bailar entre amigos”
En una nota para DJ Mag destacó a Riot, en Buenos Aires, como uno de los mejores lugares para tocar de lationamérica: “He tocado con los muchachos varias veces y el público es el mejor del mundo. Algunas fiestas fueron al aire libre en las montañas y he tocado hasta el amanecer y podría haber tocado por quince horas. La gente de Córdoba realmente siente la música y es por eso que amo tocar ahí.”
